El envidioso

El envidioso es una persona que se sabe en inferioridad, respecto a otra, en algunos aspectos, incluso en todos. La envidia es la emoción negativa que el envidioso experimenta cuando no es capaz de asimilar las cualidades o privilegios de esa otra persona, negándose a aceptarlas o buscando argumentos para justificar que lo que es o lo que tiene no ha sido por méritos propios.

El envidioso tiene tendencia a hacer un discurso cansino, repetitivo y compulsivo sobre el envidiado. Sus conversaciones son monólogos dándole vueltas a un tema que en realidad le corroe por dentro.

El sermón del envidioso es una constante crítica sobre el envidiado y termina por remitir siempre a sí mismo. Toda frase tiene observaciones negativas hacia el envidiado.

Lo que ocurre realmente es que el envidioso odia al envidiado por ser como es, pero a la vez se odia a si mismo porque nunca podrá igualarse a él.

El envidioso en el fondo admira la cualidad del envidiado pero nunca reconocerá admirarlo. El envidioso ama al envidiado ya que éste posee lo que para él representa su ideal del yo.

Se siente frustrado por no conseguir lo que desea. El mayor error del envidioso es no aceptarse a sí mismo e intentar ser lo que no es. La envidia es una paradoja, ya que el envidioso admira a aquel al que envidia, pero se empeña en no hallar motivo para admirarlo.

La envidia es un mecanismo que no permite que nadie sea mejor que uno ni que nadie tenga nada mejor a lo que tiene uno. Es una manera de no aceptar el triunfo ajeno, de ahí la necesidad de destruir a éste otro como única forma de ser el mejor.

 

FOTO: Gabriel S. Delgado C.

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