Los proverbios son frases cuyo enunciado es prácticamente una sentencia. Tal como están construídos, nadie se atreve a toserle a quien los pronuncia. Sin embargo, tal y como pasa en cualquier frase famosa, y puesto que las hay que se contradicen entre sí, tampoco deberíamos tomarlos con la seriedad con la que están construídos. Salomón escribió la colección más famosa: «Libro de los Proverbios».
Dos perros pueden matar a un león.
Mi alma a Dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama.
Si te caes siete veces, levántate ocho.
Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.
Dame un pez y cenaré esta noche, enséñame a pescar y cenaré siempre.
Es una locura amar, a menos de que se ame con locura.
Fracasa cuanto antes porque así tendrás tiempo en la vida para reponerte.
Nada es verdad, ni nada es mentira….., todo depende del color del cristal con que se mira……
Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.
La adulación es como la sombra; no os hace más grandes ni más pequeños.
Mejor pocos truenos en la boca y más rayos en la mano.
La vida es la novia de la muerte.
Se necesita un segundo para conocer a una persona, un minuto para hacerte amigo, una hora para enamorarte de ella, pero hace falta toda una vida para olvidarte de ella.
Más vale una cabra que da leche que una vaca estéril.
Si tienes la lengua larga, conviene que tengas el lomo duro.
Dos perros pueden matar a un león.
Mi alma a Dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama.
Si te caes siete veces, levántate ocho.
Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver.
Dame un pez y cenaré esta noche, enséñame a pescar y cenaré siempre.
Es una locura amar, a menos de que se ame con locura.
Fracasa cuanto antes porque así tendrás tiempo en la vida para reponerte.
Nada es verdad, ni nada es mentira….., todo depende del color del cristal con que se mira……
Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego.
La adulación es como la sombra; no os hace más grandes ni más pequeños.
Mejor pocos truenos en la boca y más rayos en la mano.
La vida es la novia de la muerte.
Se necesita un segundo para conocer a una persona, un minuto para hacerte amigo, una hora para enamorarte de ella, pero hace falta toda una vida para olvidarte de ella.
Más vale una cabra que da leche que una vaca estéril.
Si tienes la lengua larga, conviene que tengas el lomo duro.