Los proverbios son frases cuyo enunciado es prácticamente una sentencia. Tal como están construídos, nadie se atreve a toserle a quien los pronuncia. Sin embargo, tal y como pasa en cualquier frase famosa, y puesto que las hay que se contradicen entre sí, tampoco deberíamos tomarlos con la seriedad con la que están construídos. Salomón escribió la colección más famosa: «Libro de los Proverbios».
En una tormenta, los pajarillos se esconden, pero las águilas vuelan mas alto.
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡Estoy fatigada!.
El sabio convive con la gente sin criticar, el necio critica sin convivir.
Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona ocupada.
Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.
Hay amores que matan.
Para que nazcan virtudes es necesario sembrar recompensas.
Quien monta un tigre corre el riesgo de no poderse bajar nunca.
Si cierras los ojos verás todo un pasado de amarguras, si los abres verás todo un futuro de amarguras. No hagas nada, deja que todo suceda solo.
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.
Del árbol caído todos hacen leña.
Los puñales y las lanzas no son tan afilados como las lenguas.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Siéntate, si así quieres, sobre el corazón de un león, pero nunca sobre el de un hombre.
El que nada duda, nada sabe.
En una tormenta, los pajarillos se esconden, pero las águilas vuelan mas alto.
Quien lleva toda su vida a su mujer sobre la espalda, cuando la deja en el suelo, ella dice: ¡Estoy fatigada!.
El sabio convive con la gente sin criticar, el necio critica sin convivir.
Si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona ocupada.
Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.
Hay amores que matan.
Para que nazcan virtudes es necesario sembrar recompensas.
Quien monta un tigre corre el riesgo de no poderse bajar nunca.
Si cierras los ojos verás todo un pasado de amarguras, si los abres verás todo un futuro de amarguras. No hagas nada, deja que todo suceda solo.
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.
Del árbol caído todos hacen leña.
Los puñales y las lanzas no son tan afilados como las lenguas.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
Siéntate, si así quieres, sobre el corazón de un león, pero nunca sobre el de un hombre.
El que nada duda, nada sabe.