Su hija no lo acepta sin barba

Un padre es como es, no diferente. Si es diferente a como lo conozco, es un completo desconocido.

Esto debió pensar este bebé cuyo padre, un barbudo empedernido, decidió un buen día afeitarse y que su cara quedase tan fina como el culito de su bebé. Pero claro, la hija nunca había visto su cara. Había visto mucho pelo, muy negro y algo que le acolchaba cuando era cogida por su verdadero padre.

Éste entra en el cuarto de baño con barba y sale si ella. Y la niña, ya no quiere saber nada de él. ¿Cómo es posible? Pues lo es y puedes comprobarlo:

 

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