Todavía estará riendo desde el día de su boda

En principio, el cura vio con malos ojos que la novia no pudiera parar de reir. 

Pero, a medida que avanzaba el tiempo, no quedó nadie en toda la iglesia capaz de aguantar la compostura acorde al momento. A la novia le empezó a hacer gracia la torpeza del novio al intentar colocarle los anillos. Pero es que, además, no dio pie con bola en el resto. Es normal… Disfruta del vídeo intentando no reir.

 

 

 

 

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