Permanecer en este mundo y no interesarse por lo que contiene, debería ser un delito de caracter grave tirando para horrible. El problema para muchos es el dinero. Verlo, disfrutarlo, significa dejar de trabajar y, con ello, tal vez dejar de comer.
Pero por poco que se pueda, deberíamos procurar atender a la inmensa belleza que este planeta nos ofrece. Sobre todo por la estancia tan fugaz que disfrutamos los más afortunados.
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Castillo de Neuschwanstein, Alemania
Fue construido por Luis II de Baviera en 1888. Es uno de los castillos más visitados del mundo. Dicen que Tchaikovsky se inspiró en él para escribir “El lago de los cisnes“; Walt Disney también utilizó castillos de similar construcción en sus películas de dibujos animados. Vale la pena visitarlo.
Monasterio de El nido del tigre, Bután.
Está construído sobre un acantilado que supera los 3.000 metros. La leyenda cuenta que Padmasambhava voló desde el Tibet a lomos de su mujer, convertida en tigresa. Este monasterio es accesible desde un camino que hace 100 años estaba cerrado por los monjes.
Petra, Jordania
Es impresionante comtemplar una ciudad excavada en la roca y construida dos mil años atrás. No es que esté hecha de piedra: está literalmente excavada y esculpida en piedra. Por eso, mejor nombre no puede tener. Después de ser abandonada a causa de terremotos, fue redescubierta en el año 1.812 por un explorador suizo.
Ensenada de Ha Long Bay, Vietnam
Situada en el norte de Vietnam, se puede disfrutar de 150.000 hectáreas de pequeñas islas que decoran el territorio, de formas caprichosas. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad en 1.994 y forma parte de una de las 7 maravillas del mundo. Y no es para menos.
Parque Nacional de Zhangjiajie, China
Está situado en la provincia de Hunan y tiene una superficie de unas 4.800 hectáreas. También, no podría ser menos, está reconocido como Patrimonio de la Humanidad desde 1.992. En estos paisajes se han inspirado para la película Avatar. Y es que, casi siempre, la realidad supera a la ficción.
